Vivo en una
casa. Me ponés en un patio, me escondés al sol y te encargás de que mis oídos
escuchen música de esa que me mueve... y estoy en las nubes. (Literalmente más
cerca de ellas que de costumbre).
Ni siquiera necesito una noche ideal. Hoy no
se ven estrellas ni la luna. Pero igual. No sé qué tanto de este paisaje me
pone introspectiva. Si lo pienso, son edificios, calles, autos, luces... nada
muy poético. Sin embargo, me dieron ganas de escribir.
Escribirte.
Escuchá una
cosa que te voy a decir.
Lo que más
odio de nuestra historia no es que haya terminado. Tal vez porque no siento que
eso haya pasado realmente. Lo que me rompe la cabeza es pensar que lo tuvimos
ahí, que nos tiraron un pase al medio del área con el arquero en cualquier lado
y no la metimos. Que nos chocamos la cabeza, o nos desconcentramos, o alguno la
pateó para cualquier lado. No nos enamoramos. No, y no me digas que sí, porque
no. Nos quisimos, mucho, sí, pero nunca llegamos a amarnos de verdad. Por más
te amos que nos hayamos regalado. Y digo regalado; porque era eso, para hacer
sentir bien al otro y, obvio, también elevarnos nosotros. Porque amar es
hermoso y creer que amás también mientras no te tropezás con la verdad. Pero
no, no nos amamos. Porque los que se aman meten el gol. Después, tal vez,
pierden el partido; pero hacen bailar a la red de un pelotazo.
Si me preguntás
por qué, no tengo idea. O sí, vos no sos para mí y yo tampoco para vos. Siempre
lo supimos, en verdad. Pero nos gustábamos. Y nos queríamos. Y pensamos que esa
cuenta daba amor. Linda confusión de vuelta, hasta que caímos; Nos caemos
juntos y nos levantamos solos.
Desde siempre y... ¿para siempre?. Todavía me
acuerdo de ese día que te dije "Creemos que es un chau definitivo, sufrimos, nos
acostumbramos a no tenernos, creemos que no nos vamos a ver nunca más, nos
volvemos a ver... ¿va a ser así toda la vida?", y me respondiste con un tan
simple como complejo sí.
Nos caemos
juntos y nos levantamos solos.
Ahora ya sé por qué esto me hizo pensar, y en
vos, y en escribirte. Porque somos una noche nublada en la ciudad. Porque es
mediocre como nosotros. Porque no llueve, pero tampoco es que se ven las
estrellas. Porque no hay mucha gente caminando por la calle, pero sí algo de
movimiento porque es sábado. Porque los autos no van ni apurados como un lunes
a las 8 de la mañana, ni relajados como un domingo a las 5 de la tarde. Porque
si contara la cantidad de ventanas iluminadas en todos los edificios y las casas y las que
están a oscuras, el número sería igual.
Porque siempre fuimos gris, el
intermedio, el ni fu ni fa.Y, también, porque hay ese ruido a viento que me
suena a soledad.