martes, 28 de diciembre de 2021

¿Qué ves cuando me ves?

 Si te vieras con los ojos que te veo...
-¿qué ves? retrucaste


¿Qué ves cuando me ves? dice Mollo en alguna canción. Él afirma y yo pregunto: ¿cuándo la mentira es la verdad?

- Ultimamente siento que no te conozco. 

Hace no tanto te escribía te extraño y hoy hasta eso me suena lejano. Me sonás lejano.. me sonás a rechazo. Ese que viene, quizás, de ver al otro sin la ceguera del amor.

¿O será que ahora te mostrás realmente como sos? O yo al fin estoy viendo cómo sos? Me gustabas o era la mi idealización?

-Veo, cuando te veo, un lugar estancado. Quieto. Inmóvil e inmerso en una tranquilidad ficticia que tapa dolor, y yo la verdad... quedé muy lejos de eso. 

Me cuesta entender que no te des cuenta que no todo está perfecto y que hay algo muy roto ahí adentro tuyo. 
Creo que ahí radica mi rechazo... en que yo me muevo todo el tiempo. Imagínate...casi que nací bailando. Mi vida entera es movimiento que solo entiende de quietud cuando necesita respirar para cargar los pulmones de aire y seguir. 

Me miraste perplejo, no entendiendo una puta palabra. Tu ego entero rompiendose en mil pedazos... 

Evolucionar, re-evolucionarse, re-encontrarse, la vida misma como la danza. Siempre. Y vos ahí, tan quiero para nada, porque ni siquiera quieto para vos. 

Era invitable que la soga se corte, y por mas que uno se aferre con uñas y dientes entre tirón y tirón, hay que soltarla y seguir (harta de la palabra soltar... como si uno dejara caer a las personas o situaciones porque sí). Te quise, te extrañé y te lloré demasiado, pero hoy suelto las manos de esta soga que me sacó demasiados callos y te dejo a vos allá en la otra punta, en tu absoluta puesta en escena del "todo está bien. Si no me muevo, nada cambia, todo está bien". 

Perdón, pero yo sigo. No puedo serle infiel a mi naturaleza... no sé estar quieta. 

Lo que veo cuando te veo es un punto allá lo lejos, al lado de una soga que ya no ata ni une nada más que un juntos a la par que no fue tan a la par. 

Arriesgar una y mil veces


 - Déjalo ir, chica. Susurró el viejito cubano mientras veia mi cara empapada en lágrimas después de leer otro "no sé" tibio, recontra tibio, en la pantalla del celular. Que viniste a disfrutar y a amar a los gritos, no así. Remató. 

Me quedé pensando mucho en esas palabras... si soy fuego, por qué dejar que me apaguen? por qué esconder mi llama? sólo porque otros no pueden con eso? No. Nunca más. 

Me paré en frente del espejo y me repetí harta el hartazgo: NUNCA MÁS TE APAGUES POR OTROS.  

Nunca más te perminas hacer algo sin pasión y sin ganas; que no hay sensación más linda que la de haberlo dado todo. Es ese preciso momento en el que podes confirmar que estás viva y la confirmación exacta que atras de todo ese armazón, hay un corazón que late fuerte.

Si no vas a vivir con pasión en cada paso de tu vida; si no vas entregarte como si no hubiese un mañana... dejá, quedate lejos de mí. Porque al final... quién te va a quitar lo bailado? Quien se queda con las ganas tendrá la duda eterna y vos, la certeza final de estar por el camino de los que avanzan sin miedo. 

Arriesgar una y mil veces... al frente, siempre, con la capacidad y la determinación de estar dispuesta a sentir lo que venga. Que todo es aprendizaje al final de cuentas,no?

Y si sale mal, a barajar y dar de nuevo o cortar de otra manera hasta que salga bien... y sale bien? a explotar el alma de plenitud. 

No dejes de darlo todo porque el mundo intente imponerte tibiezas absurdas por doquier. Vos seguí mostrando que la unica cosa que es de tibios y debiles es no atreverse a sentir y amar la vida con fuerza.

Somos un ratito. No te olvides nunca de eso... estamos de paso así que no lo desperdicies en giles y giladas. Vos amá. Amá fuerte. Que tu fuego crezca en vez de esconderse y que los tibios... se vayan a cagar.